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| Cementerio antiguo de Puerto del Rosario, 1871-1919. Foto de la década de 1980, aportada por Paco Cerdeña. |
Como cualquier otro camposanto de cronología similar, el del antiguo Puerto de Cabras, fue construido a las afueras del caserío y muestra una fachada divida en tres partes que guardan un equilibrio compositivo a nivel artístico o arquitectónico... Pero también señala las diferencias sociales de una época que el cemento que coloreó las líneas divisorias no logró ocultar o disimular: La cantería hoy descubierta es blanca para la parte central y lateral derecha de la fachada, mientras que el cuerpo de la izquierda es roja, arrancada en las montañas de Piedra Sales y Bermeja, y además luce sus copones en su remate frente a los pináculos del cuerpo principal y del izquierdo. Mientras la cartela del eje central es de madera pintada con la fecha 1871, sin más, el del lado izquierdo muestra una placa de mármol blanco con un nombre grabado...
Pero pasen adentro, los días 1 y 2 de noviembre de cada año esto es posible sin más complicación, para contemplar el paisaje social que nos describen las sepulturas, mausoleos y capilla con que nuestros antepasados quisieron diferenciarse también para los restos, de cara al más allá.
Dejando a un lado el insinuado cementerio privado del costado izquierdo o naciente y la zona de autopsias al lado opuesto, nos adentraremos bajo el frontón triangular a través de una puerta enmarcada por un arco rebajado y caminaremos por la calzada que divide la parte más antigua de la necrópolis municipal, de la década de 1870. A un lado y a otro sobresalen tumbas de anónimos pescadores y braceros, de mesoneros y comerciantes, de militares y burgueses de una época; y si logramos distraernos de la llamada de atención que supone la espléndida Capilla de Los Pérez, al fondo de aquella senda, en el eje central del conjunto, notaremos un desnivel que se salva mediante tres o cuatro gradas que dan paso a otra zona del cementerio que se construyó en las primeras décadas del siglo XX, y varias tumbas que resaltan pregonando a la posteridad cuáles fueron los primeros enterramientos, apenas cinco años después de inaugurado el recinto, y las tumbas que siguieron acogiendo a quienes forjaron nuestra ciudad hasta la década de 1970, fecha del cementerio nuevo en Zurita...
Dejando a un lado el insinuado cementerio privado del costado izquierdo o naciente y la zona de autopsias al lado opuesto, nos adentraremos bajo el frontón triangular a través de una puerta enmarcada por un arco rebajado y caminaremos por la calzada que divide la parte más antigua de la necrópolis municipal, de la década de 1870. A un lado y a otro sobresalen tumbas de anónimos pescadores y braceros, de mesoneros y comerciantes, de militares y burgueses de una época; y si logramos distraernos de la llamada de atención que supone la espléndida Capilla de Los Pérez, al fondo de aquella senda, en el eje central del conjunto, notaremos un desnivel que se salva mediante tres o cuatro gradas que dan paso a otra zona del cementerio que se construyó en las primeras décadas del siglo XX, y varias tumbas que resaltan pregonando a la posteridad cuáles fueron los primeros enterramientos, apenas cinco años después de inaugurado el recinto, y las tumbas que siguieron acogiendo a quienes forjaron nuestra ciudad hasta la década de 1970, fecha del cementerio nuevo en Zurita...
