¡Que nadie se sienta con el estigma que marcó a los majoreros de Puerto de Cabras cuando en el pasado, iban a Gran Canaria o a Tenerife! La foto, de la exposición "130 años de La Isleta", nos muestra eso: un cabrero que reparte leche a domicilio, de la teta al caldero...
Y nos trae a la memoria la costumbre que tenían los de Fuerteventura cuando iban a trabajar al puerto grancanario acompañados de sus mejores cabras, las más lecheras; y el comercio de la alfalfa que se demandaba como consecuencia de aquel trasiego. Se cultivada en el sur de la isla y se embarcaba por Gran Tarajal: los mejores clientes y destinatarios de buena parte de estos forrajes estaban entre los majoreros de La Isleta. Hasta que vino el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, no sé si José Ramírez Bethencourt, y prohibió la tenencia de cabras en los domicilios isleteros, razones de salubridad -decía aquel edil- que se cargaron un negocio agrícola de Fuerteventura y su transporte hasta la isla redonda en los barcos del cabotaje.